lunes, 22 de febrero de 2010


Partieron desde la estación los últimos inquilinos a los que olvido había concedido una tregua.
Algunos, los menos, no llevaban equipaje porque entendían que toda partida es una forma de renuncia.

...Después de los años, algunos, los más, hubieron de comprender que aquel era un tren en vía muerta.

2 comentarios:

Elías dijo...

Precioso poema, Teresa. El mundo de los trenes es literariamente fascinante.
Un aforismo mío sobre trenes para ti:
Cuando un tren se pone en marcha, la estación de la que parte ya no es la misma.

Abrazo.

Teresa Guzmán dijo...

Muchas gracias Elías, los trenes en los que partimos nos hacen ser diferentes.

Un abrazo

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