Buscar en el origen
el lenguaje oculto de los signos.
Acercar el oído al vientre
y sentir aún la tibieza
del raro espacio que un día nos contuvo.
No han de quedar horas
para todo cuanto no hemos dicho.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)